sábado, 29 de marzo de 2014


Como sin poder evitarlo, 
se desgarra de la entraña viva del ser mismo.
Cae girando sobre el suelo, 
se vomita sobre el polvo atmosférico.

Ausente de manada, 
corroída y triste sobre la misma nada.
Carente de realidad alguna, 
yace derretida en la tierra de esta casa en llamas.

Como sin poder evitarlo, 
se quiebran ejes, al suelo caigo.
La madera que se derrite y el blanco, 
ya no es blanco.

Hundida girando, rolando sobre la tierra
húmeda la piel, sal en la cara, 
miel seca en el fondo del alma. 
Se ríen los ángeles de tanto llorar.

Como sin poder evitarlo, 
se vomita lo evidente sobre lo invisible de esta morada.
Caigo girando sobre el suelo, 
se desgarra la piel viendo el tiempo muerto pasar.

Como sin poder evitarlo, 
sola sopla vientos a la nada misma.
Teñida de un blanco distinto, 
yace en el suelo eligiendo el cielo contemplar.