miércoles, 21 de agosto de 2013


En algún lugar dejamos de ser, 
y el agua y su composición química perdieron su poder.
Ya no floreceremos jamás
y me rehúso por cierto a aparentar.

Cayó mucha lluvia sobre mí, 
esperé llamaras al teléfono de esta raíz.
Callaste para siempre tu risa sobre mí
y supe de la amargura de esta tierra infértil.

En algún lugar dejamos de ser
aquellas pequeñas flores 
que hoy podemos contemplar
desde tan lejano espacio temporal.

Así, la lluvia nos alimenta
y crecemos distanciadas
de esto que alguna vez fue, por algún motivo, especial.
Y sobre mi propio tallo me siento a vernos naufragar.

En algún lugar dejamos de ser, 
y el agua perdió definitivamente su poder.
Ya no suelo vernos juntas en este jardín
y cansada ya me rehúso por cierto, a elegir.